Así de bien retrató al edificio J. Laurent en 1874 a su paso por Valladolid. Edificado como San Ambrosio por la Compañia de Jesús, tras su expulsión se convirtió en la parroquía de San Esteban y en 1941 pasó a ser el Santuario Nacional de la Gran Promesa (y menos mal que nunca se llegó a terminar el mastodóntico proyecto para tal fin). En sus dependencias, tras el desalojo de los jesuitas, estuvo instalado el Colegio de los Escoceses que sufre en incendio en 1927 y se traslada la fachada a su actual emplazamiento (en un lateral del colegio de Santa Cruz). La iglesia también fue pasto de las llamas en 1869, perdiendose buena parte del patrimonio mueble, pero por fortuna se salvo el templo que conservamos en la actualidad.
Como cambian algunas calles, desaparecen antiguos edificios de baja altura y el ladrillo eleva las construcciones casi hasta tapar el cielo. Algunas partes del antiguo convento se conservan in situ, calle Santuario. La magnífica fachada renacentista de columnas se puede ver en el patio abierto a la calle del Colegio de Santa Cruz, restaurada recientemente por fortuna.
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