Como la mayoría de conventos masculinos, sufrió bastante con la guerra de Independencia y las desamortizaciones, pero tuvo suerte, por lo menos su iglesia que es la actual parroquia de San Nicolás. El reso de dependencias conventuales se dedicaron, tras la desamortización, a fábrica y por lo menos hasta 1901 existían como tal. Hoy en dia podemos apreciar en lo que fuera su solar unos altisimos (y carisimos) bloques de edificios rodeando a la iglesia. La hormigonera todo lo puede.
La Iglesia se va recuperando y limpiando lentamente pues tras las obras en la fachada todavía se observan partes que necesitan un buen remozo. La iglesia se puede visitar los lunes pues está abierta para las famosas "caminatas". Y mi queja de hoy no está referida con el urbanismo en si, sino contra el exceso de estorninos que en determinadas épocas del año hacen dificil transitar por la plaza de la Trinidad debido al fuerte olor y al peligro de recibir un "proyectil", ya lo pueden empezar a comprobar.
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