Como la mayoría de los conventos, ocupaba una gran superficie ya que, además de la iglesia y dependencias religiosas, contaban con lugares de trabajo y huertas. Este se encontraba situado más o menos donde ahora se levanta el teatro Lope de Vega, llegando hasta el cine Roxy y por detrás hasta el paseo de Isabel la Católica. Estando por aquí las tropas francesas, en 1809, sufre un incendio con lo que se tiene que derribar entre 1810 y 1811. Aquí vemos su entrada, por la actual calle María de Molina.
Hoy en su solar se alzan desde edificios decimonónicos que se caen a pedazos (Teatro Lope de Vega) hasta tochos infames como ese de la esquina en el que se encuentra uno de los locales comerciales por los que se han pagado una de las cantidades de dinero más altas de las últimos tiempos. Por lo demás, seremos de los pocos que nos acordamos que allí se erigía un monumento digno de admiración.
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