Enclavada en el centro de la ciudad, es uno de los edificios religios que han llegado hasta nosotros en buenas condiciones. En la imagen aparece sin la casa adosada a la cabecera y que, según parece, el ayuntamiento quiere volver a quitar según la moda de dejar aislados a los edificios históricos. Al igual que en muchos templos de Valladolid la mayor riqueza la tiene en su interior en forma de escultura policromada, algo de lo que tendríamos que estar muy orgullosos y cuya difusión se debería de potenciar mucho más.
Mucho se viene especulando con el derribo de la relojería adosada a la iglesia, es un vestigio de los tiempos, pero quedaría más visible en sus formas y se ganaría un poco más de espacio para los viandantes. Menudo dilema, con el precio que tiene el suelo! El edificio continúa ahí para nuestro deleite, porque como he dicho lo mejor está dentro, su retablo mayor barroco o el retablito en una capilla de la nave de la Epistola, obra de Alonso Berruguete. A veces pagamos por entrar en museos de lejanas ciudades y nos maravillamos con su arte y patrimonio, y quizá no nos damos cuenta de lo que tenemos aquí, además de ser gratis.
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