Construida por la cofradia penitencial de la Quinta Angustia cuando decidió mudar su sede de la calle Torrecilla, en tiempos de Ventura Seco servía también de ayuda a la Catedral. Particularmente, siempre me ha gustado la rotundidad de las imágenes de su fachada, realizadas por Francisco Rincón. En la imagen se aprecia su aspecto allá por 1865, cuando aún se veía el cielo en Valladolid.
La iglesia se conserva bastante bien, así como parte de su entorno, una pena alguno de los mamotretos levantados entre los años 60 y 70 en sus inmediaciones que rompen bastante la estética de la calle. Me ha gustado sin embargo como han dejado esa parte de la calle hasta pasar el teatro Calderón, ahora se puede pasear un poco más entre tanto tráfico, a pesar de que sigan derribando algunos bellos edificios antiguos.
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