Situada fuera de la ciudad, al otro lado del Pisuerga, más o menos en la actual avenida de Salamanca en confluencia con la calle Padre José Acosta. Su derribo se produjo en torno a 1788, al igual que alguna otra ermita. Como se puede apreciar era de dimensiones pequeñas y bastante modesta. No solo existían estas pequeñas ermitas diseminadas por nuestra ciudad, también había pequeñas capillas al aire libre de las que no ha llegado ninguna a nuestros días, como una también dedicada a la Virgen del Camino (por su situación sería, lógicamente) y que se hallaba frente a la Iglesia de Santa Clara, remodelándose curiosamente en 1788.
El paraje resulta irreconocible, integrado plénamente en la ciudad, el lugar es ahora un nudo de comunicaciones por carretera. De la tranquilidad de antaño al bullicio, del aire sano a la atmósfera irrespirable. En fin...
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