Este es un caso extraño en nuestra ciudad. La decadencia de Valladolid comenzó tras el abandono de la corte a comienzos del siglo XVII, y vivió casi dos siglos muy malos hasta el inicio de la industrialización (aunque fuera harinera) y la llegada del ferrocarril. Por lo tanto no es muy frecuente encontrar la realización completa de un convento. El de San Joaquín y Santa Ana se encontraba en muy malas condiciones en 1777 y dos años despues de realiza un nuevo proyecto que es el que conocemos en la actualidad, así la primera piedra se coloca en 1781 y se termina la obra seis años después. En la imagen vemos el antiguo convento según lo dibujó Ventura Seco en su plano.
Y en esta otra como luce en la actualidad, con un pequeño y casi desconocido museo que es muy curioso e interesante, así como varios lienzos de Goya y su maestro Bayeu en el interior de la iglesia. Es sin duda uno de los mejores ejemplos de edificios neoclásicos de nuestra ciudad, con una interesante iglesia de planta central.
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