Para terminar con los lugares dignos de admiración de Valladolid, Ventura Seco da cuenta de las diversas cárceles de la ciudad. Solamente hemos tenido suerte con esta, pues las demás han desaparecido. ¡Cómo cambian las cosas! De lugar de encierro y tortura de malehechores perseguidos por la Real Chancillería a lugar del Saber, a saber: biblioteca universitaria. Solamente se aconsejaría un lavado de cara, que está un poco cochina.
Acercándonos a ver la zona, resulta curioso como toda esa manzana se ha conservado casi intacta, edificios bajos que no aprisionan al paseante. Comparen este tramo de calle con el inicio de Amor de Dios. Están al lado y sin embargo agobia menos el tramo de edificios algo más bajos. Pero la pela es la pela, ni un metro sin urbanizar (y elevar)
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