Doy comienzo a los conventos femeninos, siguiendo a Ventura Seco, con este que se hallaba situado extramuros de la ciudad y que el ladrillo engulló al tejido urbano en los años 60. Los franceses respetaron bastante a los conventos femeninos por tratarse de mujeres y sobre todo debido a las menores medidas de sus edificios para su ocupación en diversos usos como hemos visto que ocurrió con los masculinos. De este se conserva en buenas condiciones la iglesia y, aunque siguen estando en uso, el resto de dependencias son modernas debido a la especulación inmobiliaria del pasado siglo XX.
A simple vista de aprecian algunas modificacines de la foto superior a la de nuestros días. Existía un pequeño arquillo de entrada en la iglesia que ahora no hay. Las vidrieras son de lo más abominable, los típicos pavés translúcidos de los años 60 y 70 que, aunque la piedra luce bastante limpia, afean bastante al edificio. Como nota curiosa hay que señalar que hace pocos años han colocado una figura de la santa titular en la hornacina de entrada al templo y que, una vez acostumbrados, tampoco queda mal.
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